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Estos primeros sketches con Guillermo Manhattan Ruiz salían al aire durante los años 92 / 93, en plena fiesta menemista. Pacto de olivos, abolición de la colimba, Repetto (que ‘dirigía’ Cha Cha Cha) hacía su programa de TV desde Miami (!).
Otros que se decidieron por el borrón y cuenta nueva son mis conciudadanos Fafo, Fede y Manu
Antes en Esperma Digital, hoy en La Motoneta del amor, la pasión y la alegría
Jáilaits de este nuevo emprendimiento:
Para algo tenía que usar YouTube
(gracias a Volver, que además de pasar “Grande Pá”, tiene la primer ‘temporada’ de Cha Cha Cha todos los Viernes a las 22)
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Ahora la situación es diferente, lo admito: tengo un reloj de pulsera, confronto el ángulo de sus agujas con el de todas las agujas que veo; tengo una agenda donde se indica el horario de mis obligaciones de trabajo; tengo una libreta de cheques en cuyo talonario sumo y resto números. En Penn Station bajo del tren, tomo el subway, me quedo de pie tomándome con una mano de la agarradera y sosteniendo en alto con la otra el diario doblado en el que recorro las cifras de las cotizaciones de bolsa; estoy en el juego, en una palabra, en el juego de fingir un orden en el polvo, una regularidad en el sistema, o una compenetración de sistemas diversos pero sin embargo mensurables aunque incongruentes, de modo de hacer ensamblar en cada granulosidad del desorden la faceta de un orden que en seguida se demenuza.
Italo Calvino , “Los Cristales”
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Empecé con extravagancia a principios del año 2002. Los argentinos que perdíamos tiempo con los blogs todavía eramos pocos y ni siquiera Clarín sabía de qué se trataban.
Durante la larga vida de extravagancia dejé la universidad, me mudé a Buenos Aires, conseguí un trabajo que dejé a los 2 meses y decidí vivir de la música. Me dí cuenta de que programar me gusta mucho, así que conseguí otro trabajo que me duró un poco más. Ahora como tantos otros diseñadores, programadores y modistas trabajo en mi casa y “para afuera”, desarrollando sitios web
El Teorema de los infinitos monos nos asegura que un simio aporreando el teclado de una máquina de escribir producirá, si le damos suficiente tiempo, las obras completas de William Shakespeare.
El unico mono que tipee al azar en este blog voy a ser yo. Dada una buena cantidad de tiempo, es posible que produzca algo legible.