Million de Singes
13 Aug 2006Fue entonces cuando vi el Péndulo. La esfera, móvil en el extremo de un largo hilo sujeto de la bóveda del coro, describía sus amplias oscilaciones con isócrona majestad (“El Péndulo de Foucault”, Umberto Eco)
Por cuestiones de trabajo, voy a pasar los próximos 3 meses de mi vida en París. Hoy, en el décimo día de mi vida parisina, pude cumplir uno de mis sueños: ver el Péndulo de Foucault en Saint-Martin-des-Champs, iglesia abacial sin cruces ni santos, anexa al Musée des Arts et Métiers, gigantesca exposicion de prodigios técnicos.
Así como los musulmanes visitan la Mecca, todo nerd que se precie de tal debería visitar el Musée alguna vez en su vida. El museo expone desde una Pascaline fabricada por el propio Blaise Pascal, hasta una Cray 2.
Hasta ahora, mi destino más lejano había sido el balneario La Paloma, en Uruguay (habría sido Cabo Polonio, si no hubiese llovido tanto). Por lo tanto, no dejo de asombrarme del primermundismo que se vive aquí.
¿Alguien sabe dónde encontrar yerba mate en ésta ciudad?